Aula virtual de Literatura 5. Clase 3/11: El renacimiento inglés: William Shakespeare

Romeo y Julieta- Diálogo al balcón



ROMEO

Con las alas del amor salté la tapia,

pues para el amor no hay barrera de piedra,

y, como el amor lo que puede siempre intenta,

los tuyos nada pueden contra mí.



JULIETA

Si te ven, te matarán.



ROMEO

¡Ah! Más peligro hay en tus ojos

que en veinte espadas suyas. Mírame con dulzura

y quedo a salvo de su hostilidad.



JULIETA

Por nada del mundo quisiera que te viesen.



ROMEO

Me oculta el manto de la noche

y, si no me quieres, que me encuentren:

mejor que mi vida acabe por su odio

que ver cómo se arrastra sin tu amor.



JULIETA

¿Quién te dijo dónde podías encontrarme?



ROMEO

El amor, que me indujo a preguntar.

Él me dio consejo; yo mis ojos le presté.

No soy piloto, pero, aunque tú estuvieras lejos,

en la orilla más distante de los mares más remotos,

zarparía tras un tesoro como tú.



JULIETA

La noche me oculta con su velo;

si no, el rubor teñiría mis mejillas

por lo que antes me has oído decir.

¡Cuánto me gustaría seguir las reglas,

negar lo dicho! Pero, ¡adiós al fingimiento!

¿Me quieres? Sé que dirás que sí

y te creeré. Si jurases, podrías

ser perjuro: dicen que Júpiter se ríe

de los perjurios de amantes. ¡Ah, gentil Romeo!

Si me quieres, dímelo de buena fe.

O, si crees que soy tan fácil,

me pondré áspera y rara, y diré « no »

con tal que me enamores, y no más que por ti.

Mas confía en mí: demostraré ser más fiel

que las que saben fingirse distantes.

Reconozco que habría sido más cauta

si tú, a escondidas, no hubieras oído

mi confesión de amor. Así que, perdóname

y no juzgues liviandad esta entrega

que la oscuridad de la noche ha descubierto.



ROMEO

Juro por esa luna santa

que platea las copas de estos árboles...



JULIETA

Ah, no jures por la luna, esa inconstante

que cada mes cambia en su esfera,

no sea que tu amor resulte tan variable.



ROMEO

¿Por quién voy a jurar?



JULIETA

No jures; o, si lo haces,

jura por tu ser adorable,

que es el dios de mi idolatría,

y te creeré.



ROMEO

Si el amor de mi pecho...



JULIETA

No jures. Aunque seas mi alegría,

no me alegra nuestro acuerdo de esta noche:

demasiado brusco, imprudente, repentino,

igual que el relámpago, que cesa

antes de poder nombrarlo. Amor, buenas noches.

Con el aliento del verano, este brote amoroso

puede dar bella flor cuando volvamos a vernos.

Adiós, buenas noches. Que el dulce descanso

se aloje en tu pecho igual que en mi ánimo.






Ser o no ser- Hamlet (Monólogo)




Víctor Abraham les saluda

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