dos adolescentes, dos relatos, un estilo: a propósito de un concurso de relatos.

De mi niñez a mi adolescencia 
(Nota autobiográfica. Fragmento)

Autora: Stefanny Vasallo Drago. (13 años)
Primer premio: 2do año secundaria
Colegio: Nuestra Señora de La Merced. San Borja.


Hace muchos años atrás era una muy pequeña y linda niñita, muy dulce diría yo. Empecé a asistir al nido. Tenía muy buenas notas, siempre iba y venía con mis stickers pegados en la frente, -cuando no- un chupetín como premio por haber respondido bien.

(...) conocí a muchos amigos allí, a algunos frecuento hasta hoy. Es curioso que en el nido lo único que aprendas es a pegar bolitas de papel crepé, o intentar pintar una figura sin salirte de la línea.

Niñez divertida, jugaba con mis muñecas y con mi hermano que me lleva algunos años.

En la niñez no faltan las caídas, cuando corres o intentas huir de tu mamá, sólo por el hecho de quererte dar de comer o algo por el estilo. Recuerdo que tenía siempre conmigo un peluche de conejo -aún en la mayoría de las fotos salgo abrazándolo-, hasta ahora lo tengo guardado.

(...) me gustaba el Heber, una marca de papilla, especialmente el de manzana; siempre la pedía y comía muy rápido.

(...)años después crecí y pasé a primaria. Creo que mi primaria no fue difícil, recuerdo que siempre me sacaba veinte en los dictados. Tenía buenas notas.

(...) fue una de mis profesoras preferidas, siempre me ayudaba sino entendía algo hasta que tuve que pasar al tercer grado y me tocó la profesora más mala de todas, me odiaba totalmente, me jaló en matemática y tuve que ir a nivelación de verano.

(...) finalmente pasé a la secundaria. Después de algunos años me cambiaron de colegio, dejé demasiados amigos y más de cinco años de estudiar ahí. Recuerdos...ahí.

Así que debo mejorar en mis cursos y otras cosas más, ya que estoy en la adolescencia y es una de las edades donde los chicos se desequilibran más.


***

3MSC (CORAZÓN) (Fragmento)

Autora: Olenka Navarro. (13 años)
Primer premio: 1er año secundaria
Colegio: Nuestra Señora de La Merced. San Borja.

Él estaba ahí. Se llamaba Hugo, pero le decían "H". Él era un chico muy lindo, corría motos. 

Yo me estaba yendo a la escuela, bajé la ventana de mi carro y vi a un chico, me dice "fea", lo único que hice fue mirarlo y volver a subir la ventana. Luego, llegué a mi escuela, y justo había un examen sorpresa. ¡No había estudiado nada!

Regresé a casa, estaba muy cansada, pero justo me envían un mensaje diciendo: "Hoy, fiesta en mi casa." Me alegró mucho. Ya era de noche, decidí cambiarme, bañarme y ponerme un vestido muy lindo de color blanco. Salí. 

Cuando llegué estaban todos los de mi colegio, había música y un DJ. Se veía divertida la fiesta. Vi a mis amigos, ellos estaban adentro de la casa, pero se veía que se estaban divirtiendo mucho. En la puerta, algunos chicos que hacían demasiada bulla -nunca faltan-. Era él, el mismo chico que me había dicho temprano "fea", lo reconocí. Me miró, me sonrió y a mí definitivamente no me caía.

Luego, me fui con mis amigas a bailar. Estaba aburrida y estresada (necesitaba desestresarme). No me di cuenta cuando fue que él me terminó agarrando la cintura. Le tiré un puñete, y dije: "¡qué haces acá!". Él dijo:"¡Parece que el destino nos une!". Me quedé callada y me fui. 

Al poco rato, en la casa, las cosas se salieron de control. Él y sus amigos estaban haciendo desorden, mucho desorden. La casa era de Celeste, mi amiga y anfitriona. Ellos estaban haciendo burbujas en la piscina. Hugo -que así se llamaba-, me cogió y tiró, como estaba cerca de la piscina, caí. Caímos los dos. Dije: "¿Qué te pasa estás loco?". Él sonrió, dijo: "Estás bonita". Me fui, me sequé. Decidí irme a casa. mi amigo se ofreció en llevarme. Estábamos hablando tranquilos, cuando de repente vi atrás, cinco motos (en una de esas estaba Hugo)

(...) habíamos quedado Hugo y yo.Él me miró y dijo:¿No vas a dejar que yo te lleve? Yo le dije:"¡Claro que no!". Se rió. Dijo:"Bueno". Justo pasaba un taxi, hice que parara para llevarme a casa. El taxista dijo:"Bonita, te llevo con gusto", Hugo dijo, "No lo hará, lárgate." El hombre del vehículo amarillo se fue y tuve que subirme a la moto de mi joven acompañante. (...) Me despedí de él, quien me abrazó, dijo "Quiero salir contigo". Yo le dije: "Bueno, no lo sé, déjame pensarlo." "Está bien", dijo él. Le sonreí y me fui.

(...)Sonó la campanada de la salida y estaba ahí, me dio una carta diciendo: "Tú yo, tres metros sobre el cielo (3MSC) (CORAZÓN). Sonreí, sólo sonreí. (...)


***

NOTAS ACLARATORIAS: 

Ambos relatos presentados a continuación tienen un similar corte, ambos están tejidos bajo la misma madeja autobiográfica, quiero decir escritas en primera persona. Aunque aclaro: No siempre los escritos en primera persona llevan necesariamente relación directa con las vivencias del autor, tal vez indirectamente hayan pasajes propios sin quererlo, pero jamás habrá una proporción certera ni fehaciente. El grado de relación sólo lo sabe el autor. 

Decidí escoger estos trabajos dentro de los muchos presentados al concurso de relatos llevado a cabo este año en el lugar donde vengo ejerciendo mis labores docentes, siempre con el mayor compromiso de resaltar los aportes adolescentes a la literatura, en este caso a la literatura juvenil.

Los relatos presentados aquí - por situación de espacio- son de modo fragmentario. Ambos pertenecientes a dos estudiantes del curso de Comunicación, ambas indistintamente ajenas a grado de estudios, pero estoy seguro idénticas en cuanto a estilo. Un estilo, en el primer caso, sencillo y directo, digo sencillo por el lenguaje expresivo claro, y directo por el mensaje nostálgico vivencial que trae en su estructura.

En el segundo relato, la trama se hace más suelta y alcanza libertad expresiva -hasta rebelde podría decir - tanto en situaciones como en diálogos. Aquí la trama está sujeta a una visión adolescente de la narradora, y su afán por describir esas emociones juveniles que hacen más inquietas y vibrantes el deseo de por interpretar esas sensaciones por la que muchos hemos pasado, sólo que en distinto tiempo y contexto. 

Felicitaciones a Olenka y a Steffany. A seguir escribiendo. 

Desde Lima, Ciudad Capital del Perú.
Víctor Abraham les saluda.

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