De: Los días van y vienen. Lima. 2012


Día 22 (cuaderno del martes)

Acabo de terminar una nota, no había hecho uno desde hacía varios días, pero esta noche lo amerita. Son alrededor de la 1.30 o algo más, mientras que salga, camine y llegue a casa, tal vez ya serán alrededor de las 2 y un poco más, y mientras suba las escaleras, y abra la reja de la puerta exterior del departamento serán un poco más de esas 2 y un poco más... y antes de que mis ojos me manden a descansar tal vez ya será algo un poco menos de las tres. En fin. He vuelto creo, a esta vida que tanto he extrañado y de la que no me sería posible pasar. Que descanses pequeña mía.

Recordándote siempre.

V.A.


***

Día 8 (DOS CARTAS antes de la Última anotación)

Supongo que debemos seguir creyendo en lo que defendemos, sin desmayar a lo que nos proponemos. Dicen que soñar no cuesta nada, pero yo pienso que sí cuesta, cuesta dar cada día lo mejor de nosotros a todo y a todos, no debemos dejar que la monotonía del diario transcurrir nos hagan personas faltos de sensibilidad y de carisma. Siempre debemos buscar esos espacios para regalarnos felicidad, sin que importe lo demás. Sé que suena fácil decirlo, pero créeme que yo trato de hacerlo todos los días, algunas veces salen las cosas bien, otros días no, pero allí estoy.

Yo pienso que lo mejor que podemos hacer cada día es tratar de decir, "¡Hoy va a ser diferente, hoy voy a hacer feliz y voy a tratar de serlo a como dé lugar!" En fin...Que estos días que vengan sean los mejores, indudablemente que sí, así va a ser pase lo que suceda. Optimistas ante todo.

Hagamos siempre lo posible por construir un mundo desde donde estemos, más mejor y distinto, en donde no sólo brille por la mañana un sol o por la noche una luna, sino también a cada instante, a cada momento -no sé si preciso o impreciso-, brillen también alegrías y esperanzas, las mismas que se vean reflejadas en caritas alegres, tan alegres que los demás digan: "¿Qué pasó hoy?, y sólo atinemos a sonreír sin decir palabra alguna. ¿De acuerdo? Termina tu tarea, luego te vas a la cama y descansas tranquila, y sino la terminas, no importa, madrugas. Pero eso sí quiero que te cuides, que trates de cuidarte. Pase lo que pase haré una oración y estaré pendiente de ti cada noche. Adiós. 

No olvides nada nuestro, ¿está bien? 

V.A.

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Desde Lima, Ciudad Capital del Perú. 
Víctor Abraham les saluda.

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