Søren Kierkegaard: Un filósofo y teólogo danés iniciador de la corriente existencialista.

«El asunto es encontrar una verdad que sea cierta para mí, encontrar la idea por la cual yo sea capaz de vivir y de morir»
De: "Diarios". Agosto de 1835

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El prójimo no es una abstracción: es todos los hombres y cada uno de ellos. Uno solo basta para cumplir el mandamiento, pues el prójimo es aquél respecto del cual tengo un deber y, el cumplirlo, me manifiesta también a mí como su prójimo (el buen samaritano no demostró con su misericordia que el caído era su prójimo sino que él era el prójimo del caído, pues la pregunta formulada al fariseo fue: “¿Quién de estos tres te parece haber sido prójimo de aquel que cayó en poder de los ladrones?”). Por eso, si un hombre no quiere aprender del cristianismo a amarse auténticamente a sí mismo, tampoco podrá amar al prójimo. Ambos movimientos son una y la misma cosa. Lo que los hace coincidir es el “tú debes”, no sólo el “como a ti mismo”. Que amar sea un deber es algo que no ha surgido del corazón de ningún hombre: es la gran revolución en el sentido de la eternidad, algo desconocido totalmente para el juego dinámico de las pasiones. Sólo como deber, el amor estará protegido eternamente contra todo cambio, eternamente liberado y eternamente asegurado contra la desesperación. Pero el poeta y los amantes no toleran el “tú debes” de la eternidad. En el amor que sólo tiene existencia, por muy confiado que esté, siempre habita la angustia de poder cambiarse. Por el contrario, si se debe, es evidente que se trata de algo eternamente  decidido y el amor eternamente protegido.

El amor que sólo tiene existencia puede transmutarse  en algo diferente: odio, celos, costumbre, todo lo que consume el amor y que, más que para nadie, es espantoso para el interesado mismo.

La “cristiandad” referida a un pueblo o nación da pie a que el individuo singular se haga excesivas ilusiones respecto de sí mismo en cuanto creyente. Es un engaño callar las cosas graves, pero es un engaño igualmente peligroso decirlas adaptándolas a las circunstancias y exponerlas con un enfoque totalmente distinto al de la vida cotidiana de la realidad.
La vida mundana con sus pompas, sus distracciones y encantamientos contribuye a aprisionar y cautivar a los hombres. Entonces, lo serio no es silenciar lo profano sino hablar gravemente de ello para armar a los hombres contra los peligros de la mundanidad.

La poesía enseña que hay una única persona amada en todo el mundo (que se expresa en el “todo o nada”, “ser o no ser”). El amor cristiano, en cambio, enseña a amar a todos los hombres y si hubiera uno solo en el mundo a quien se dejara de amar, eso no sería amor cristiano. Es decir, siguen direcciones absolutamente contrarias.

Pero la confusión de la cristiandad consiste en que, por un lado, los poetas han enervado y aflojado la tensión disparada de la pasión y dicen que se puede amar muchas veces y, por lo tanto, se dan muchos seres amados; y, por otro lado, el amor cristiano también cede y afloja la tensión disparada de la eternidad y dice que basta con amar a todo un grupo de hombres para que se dé la caridad cristiana.En consecuencia,tanto lo poético como lo cristiano han quedado confusamente entremezclados y el resultado no es ni lo poético ni lo cristiano.

De: "Las obras del amor". 1847

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Si la iglesia es «libre» con respecto al Estado, todo está bien. Puedo adaptarme a esa situación inmediatamente. Pero si la iglesia va a emanciparse del Estado, entonces debo preguntar: ¿Cómo? ¿De qué manera? Un movimiento religioso debe ser llevado religiosamente, ¡si no es una vergüenza! Consecuentemente, la emancipación debe suceder mediante el martirio, sangriento o no. El precio de compra es la actitud espiritual. Pero aquéllos que desean emancipar la iglesia por medios seculares y mundanos (i.e. sin martirio), han introducido una concepción de tolerancia totalmente consonante con la del mundo entero, donde la tolerancia es igual a la indiferencia, y esa es la peor ofensa que se puede hacer al cristianismo. 
De: "Diarios". Enero de 1851

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Aquí dejo un enlace al libro: El diario de un seductor en versión PDF
http://www.seminariodefilosofiadelderecho.com/Biblioteca/K/seductor.pdf

Otro enlace:
http://www.sorenkierkegaard.com.ar/index2.php?clave=recension&idrecension=12&clavebot=librosk

Desde Lima, Ciudad Capital del Perú.
Víctor Abraham les saluda.

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