Entre el ser y el parecer

*** textos, textos, textos, innumerables textos***
lo que vino luego ya no tiene caso contar, salvo el decir con propiedad de inclemente, que después de dos horas me quedé pensando en ese amarillo cuarto a la orilla de la cama también amarilla, me quedé pensando a la orilla de la cama amarilla toda la noche - o lo que quedó de ella-, y pensé, pensé cada minuto en la noche, sí, sí, en esa misma noche, fue así que pensé, tanto, tanto que pensé en todas y ninguna cosa al mismo tiempo, cosas, razones, disvariaciones, piadosas voces, infatigables voces, todas provenientes del "qué", "porqué", o "para qué", (sentir de pronto esa angustia de no saber responder nada, nada que no lleve un "no lo sé", un único y repentino "no lo sé", "diantre, te juro que no lo sé"), y no supe porqué, porqué, pero pensé en nosotros, y te recordé de pronto así: límpida, laxa, hermosa en el letargo del recuerdo absoluto, y cerré, cerré fuertemente los ojos, tan fuerte que pensé que no los volvería a abrir más, y entonces me volví a pensarme a mí mismo junto a ti, junto a ti misma, a ti y a todas esas cosas tuyas, tan tuyas de ti misma, y entonces pedí a los ángeles de mis progenitores que vinieran, que vinieran a mí, pero no vi nada, nada, salvo la sombra de una corpórea forma impoluta y bella, ah, eras tú, y pensé que eras tú, tan tuya misma con tu cuerpecito diminuto, tan diminuta que corrí despavorido de mi tormento para caer en tus brazos, para sentirme en tus únicos brazos por un rato hasta sentirme dormido en mis propios sueños auscultos, y es que las cosas de los trastornos de la piedad y de la redención son así, de pronto, yo digo que te amo a ti, y lo demás, sí, sí, lo demás es eso mismo, eso mismo que que ya no sé con claridad lo que es, pero lo supongo, porque supongo lo que debe ser, tanto como ser en mí mismo, y en ti misma, y parecerme a mí mismo y ti misma. Lo demás?, lo demás?, sí, sí, sabes que todo lo demás queda comprendido en eso mismo que se llama, demás.
Desde Lima, Ciudad Capital del Perú.
Víctor Abraham les saluda.
Comentarios
Publicar un comentario