Alejandro Romualdo, poeta épico del compromiso con la poesía y la lucha

Si me quitaran las palabras,
o la lengua,
hablaría con el corazón
en la mano,
o con las manos en el corazón.

De: Si me quitaran totalmente todo. 
en Edición extraordinaria. Alejandro Romualdo. 

Cuando Salvatore Quasiomodo, poeta italiano y Premio Nobel de Literatura, años más tarde, en 1959, escribía "Aguas y tierras", entre 1920 y 1929, y citaba entre sus versos "Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra/traspasado por un rayo de sol:/ y de pronto anochece.", Alejandro Romualdo nacía en Trujillo, La Libertad, precisamente el año 1926, hace 88 años. Ahora bien, es para mí una satisfacción poder referir algunas líneas breves sobre su quehacer poético - dado la apreciación personal que siempre he tenido de su trabajo literario, y el respeto que le guardo por considerarlo uno de mis maestros de la escritura, a pesar de no haberlo conocido físicamente- a propósito también de esta semblanza que he podido escribir para compartir con ustedes, amigos y amigas, esta noche, por iniciativa de nuestro amigo y poeta Juan Benavente, y en ocasión del Homenaje póstumo por conmemorarse el LXXXVIII aniversario del natalicio de este insigne poeta nacional, hecho que desde ya me enorgullece por tratarse de un hombre comprometido con sus propios ideales y pensamientos, y que supo plasmar durante su vida: obra y pensamiento, y combinarlas para legarnos, a futuros lectores, esa idea clara de lo que significa un verdadero poeta, porque hay que ser claros en afirmar una verdad, el poeta es ante todo un comprometido con la vida, y con lo que acontece alrededor de ella. Sí, un quehacer poético intenso que sin duda, nunca se alejó de su visión social de ciudadano de un mundo imperfecto, y hasta muchas injusto. Porque precisamente, y siempre me dio la impresión que fue así, desde que pude acceder a sus trabajos, que la injusticia como inconsistencia permanente, y el desasosiego personal fueron- sino en gran parte, por lo menos en rasgo fundamental y esencial- importantes ejes de su creación.

Hablar de Alejandro Romualdo, es hablar de un poeta, es hablar de un periodista, pero sobre todo es hablar de un comprometido con la lucha del pensamiento social, es hablar de un hombre que nunca dejó de bregar con afán esperanzador desde la palabra, con el único fin de ver cambiada parte de esta realidad peruana, la misma que él, cual sensible observador preciso y atento pudo percibir: como las duras represiones de los Gobiernos Militares que llenaron las cárceles de militantes partidarios en su época; fue también un espectador realista de los cambios en las dinámicas sociales, y estructurales de las familias de ese tiempo, las migraciones del campo a la ciudad, las olas violentas del terrorismo, y las complacencias del poder político ante un sistema capitalista monetario que recién empezaba a mostrarse en su gran dimensión, y que lamentablemente muchos intelectuales de su tiempo preferían esquivar para ver la vida un poco más romántica, pura o abstracta.

Pasó por las aulas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, para luego viajar a España, a la Universidad de Madrid. Pienso luego, que encontrarse de pronto allá, solitario, en tierras desconocidas donde franquismo era inminente, pero también las voces poéticas de los españoles Rafael Alberti, Gabriel Celaya, José Hierro, entre otros, poetas de su generación vibraban claramente fue forjando el sentido real de lo que significaba, ser un escritor comprometido. El deseo de revolución heroica y el marxismo terminaron por absorver sus convicciones, móviles y pasiones.

El Canto coral a Túpac Amaru es una muestra de ello, esta oda completa es una exaltación plena de libertad que emula ese deseo de todo ser humano de sentirse libre, a pesar de los sufrimientos y tiranías por las que el individuo atraviesa en su lucha por hacer prevalecer su causa o su razón de vida. Aquí el elemento hombre, en su mayor acepción posible, vuelve a la misma tierra que lo ha engendrado, a pesar de que todo pareciera bíblicamente consumado, es decir acallado finalmente, para decirle no a la muerte, sí, a la libertad, sí a la vida porque donde triunfa la libertad perece la esclavitud y muerte.
Querrán volarlo y no podrán volarlo. Querrán romperlo y no podrán romperlo.Querrán matarlo y no podrán matarlo.Al tercer día de sus sufrimientos, cuando se crea todo consumado,gritando ¡LIBERTAD! sobre la tierra, ha de volver,¡Y no podrán matarlo! (De: Edición Extraordinaria. Lima, 1958) 
Dedicado al oficio del periodismo, y a la enseñanza, escribió sus artículos y poesías bajo el apodo - en algunos casos -de "Xanno", aunque para ser exactos Alejandro Romualdo siempre fue Alejandro Romualdo. así firmó, y así murió. Este hombre, a quien la crítica literaria peruana lo ha ubicado con justicia, dentro de la generación del 50, fue ante todo un poeta, un poeta del compromiso y de la lucha, sí, de la lucha por devolverle a la palabra misma esa connotación que ya Vallejo anunciaba en sus apuntes de "El arte y la revolución", el sentido de "la palabra justa". No dudo que sus viajes posteriores a las ciudades mexicanas de Octavio Paz, y a la Cuba, aún revolucionaria de la época terminaron por acentuar aún más ese rasgo característico que la consciencia introduce en los hombres independientes, el rasgo social.

Finalmente, debo aclarar que no cité inicialmente al enorme poeta Salvatore Quasimodo por pura casualidad, sino que encuentro en este, la similitud cuasi perfecta. Me imagino ahora, al escritor de " La torre de los alucinados" caminando el mismo sendero, que su par italiano a la hora de definir con claridad la función real del poeta, la misma que quedara expresada en las palabras de "El poeta y el político", discurso de aceptación al premio la noche del 10 de diciembre de 1959, quien refiere,
" El poeta es un inconformista y no penetra la cáscara de la civilización literaria falsa, que está llena de torres de defensa como en la época de las comunas. Él pasa de poesía lírica a la poesía épica para hablar sobre el mundo y el tormento en el hombre vive racional y emocionalmente. (...) El poeta se convierte en un peligro para los jueces de la Libertad Cultural, quienes ponen bajo sospecha sus actos y palabras, es así como por medio de la crítica conformista tratan de hacer que el concepto mismo de la poesía sea condenada a la inmovilidad." 
Indudablemente, y es una gran verdad, que Romualdo fue ese hombre que pasó de la poesía lírica a la poesía épica para hablarnos en algunos casos de modo estruendoso, y en otros de modo armónico, de ese tormento racional y emocional en el que está incrustado el individuo, producto de unos jueces sociales que intentan ver todo menos su propia consciencia, en fin. Ahora bien, amigos y amigas, a pesar de ya no estar físicamente entre nosotros este digno representante de la poesía peruana, porque murió la noche del 27 de mayo de 2008, su tiempo vivido fue suficiente para dejarnos ese gran pensamiento que implicaba desde ya una trayectoria limpia de amor por la literatura, de amor por la poesía, pero sobre todo de lucha poética en afán de ver en el futuro una sociedad cada vez más humana e igualitaria. 

Muchas gracias.
Atte. 
Víctor Abraham

***
Disertación en Homenaje póstumo por conmemorarse el LXXXVIII aniversario del natalicio del poeta nacional Alejandro Romualdo, celebrado en la ciudad de Lima, en ocasión de la edición 1031 de los Viernes Literarios, el viernes 19 de diciembre de 2014.

Imagen: Internet

Imagen: Afiche de la Edición 1031
de los Viernes Literarios. Lima, Perú



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