Domingo 13 de julio de: " Los días van y vienen"
Hoy fue una mañana normal. Nos levantamos todos muy temprano. María, como de costumbre fue la primera. Hubo bastante venta, pues se terminaron las dos ollas de avena que habíamos preparado, es más, pedimos otro costalillo de pan. Los saltados del desayuno se acabaron. Al menos, creo que tanto esfuerzo sirvió, y servirá para pagar algunas cuentas pendientes respecto a los predios, que a propósito ya llevan cinco meses sin pagarse. Muchos recibos desde entonces. Nos han dado el ultimátum para poder subsanar esta quincena (al menos parte de nuestra deuda). “El primer lunes de la quincena”, decía la notificación de la municipalidad, algo que considero injusta porque quince recién es jueves, pero en fin. Y es que sucede que últimamente los gastos han sido fuertes, los estudios de Rosa y de Lupe, los pagos del agua, de la luz y del teléfono, los pasajes para ir a ver al abogado, que lleva los trámites de mi jubilación, los pedidos, hasta incluso: este mes se malogró también el refrigerador y había que arreglarlo, eso sin contar los gastos de mi medicina, que los vengo postergando mes a mes, ya que como no cuento con el Seguro Social, debido a que no hay ninguna resolución previa aún por parte de la Comisión Médica Evaluadora del Hospital Regional del Norte, no me queda otra que seguir esperando, felizmente mi mujer siempre fue una amante de la herbolaria – y bueno me ha tratado con hierbas hasta hoy-. Pienso que ya habrá oportunidad para atenderme como es justo. Por ahora, no hay nada.
A propósito de mi espíritu incrédulo respecto de la política -pero es que soy así, y aunque tal vez alguien me dirá, “Por Dios, qué anticuado y pesimista es este viejo, que critica todo, inclusive hasta las obras municipales”, debo hacer caso a mis 73 años que me acompañan, los mismos que me llevan a no creer tan fácilmente, pues ni modo-, decidí por la noche transcribir un pequeño extracto que encontré dentro de un diario amarillo, antiguo, y picado por la polilla, y que pertenece por cierto al primer Presidente de los Estados Unidos, palabras tan precisas que atesoro y guardo con sumo cuidado y orgullo desde entonces. Diario: VISIÓN. Fecha: 26 de octubre de 1986, consigna con letras azules en un extremo izquierdo del recorte dicho fragmento. (Diantre, manía mía ésa, la de coleccionar retazos de papel añosos, es más estoy pensando hacer próximamente un álbum con estos, aunque para ello tenga que luchar con mi mujer que detesta todo lo viejo que hay en la casa, en fin).
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De: Los días van y vienen. Lima. 2015.
Víctor Abraham les saluda.
A las once la mañana, pasó por la casa una caravana, con una banda de músicos, patrulleros y serenazgos. Venía presidiendo este desfile, el alcalde de nuestro distrito, Sr Carlos Agencio Vásquez, junto con todos sus concejales, quienes con su lema, “El gran cambio”, agradecieron las voces de viva y aplausos que el público les brindaba. Salimos con María y Lupe: era muy llamativo todo, puesto que no es muy común que eventos como este se den así nada más, y pasen por la puerta de la casa, salvo en campañas electorales, en fin. Empezó el cortejo, avivado, nada parsimonioso: tres flamantes compactadoras, es decir, tres modernos carros de recojo de basura que las autoridades ponen al servicio de la limpieza. (El mes pasado también fueron bendecidas las nuevas veredas y sardineles que se han construido en Vista Alegre y Huamán). Un hombre flaco y ojeroso que estaba parado a mi costado dijo, “en realidad, se ve la preocupación y el trabajo del Sr alcalde”. Pensé, “es evidente, pero qué habrá detrás de esta adquisición”. (Ideas que saltaron a mi cabeza, pero es que hoy en día todo anda acompañado de un desliz oscuro, y si no es un negociado ilícito, entonces es una suerte de viveza corrupta, pues ni modo, pero de qué había una verdad había, este burgomaestre indudablemente que se estaba metiendo al bolsillo a la ciudadanía a costa de veredas, plantas sembradas, columpios, y carros de basura).
Más tarde, pasado el ardor político, todo siguió igual. Vinieron a almorzar el Sr. Marroquín y sus familiares; también la hermana Eva y su esposo. Más allá de esto nada: Rosa salió a hacer unas tareas, Lupe se encerró en su cuarto, y María como de costumbre se fue a ver a sus sobrinas. Yo me quedé con la puerta abierta un rato más por si se vendía algo más. Nada. Una película de Cantinflas puso sello final a la tarde.
Más tarde, pasado el ardor político, todo siguió igual. Vinieron a almorzar el Sr. Marroquín y sus familiares; también la hermana Eva y su esposo. Más allá de esto nada: Rosa salió a hacer unas tareas, Lupe se encerró en su cuarto, y María como de costumbre se fue a ver a sus sobrinas. Yo me quedé con la puerta abierta un rato más por si se vendía algo más. Nada. Una película de Cantinflas puso sello final a la tarde.

Día 10
PALABRAS
“No imitéis al pavo real, mirándoos por todas partes para ver si estáis bien ataviado y si el traje y el calzado os caen bien. Pensad antes de hablar, no pronunciéis de manera imperfecta ni precipitéis demasiado las palabras, sino enunciadlas distinta y correctamente. No os comprometáis a hacer algo imposible de realizar; cuidad más bien de cumplir siempre vuestras promesas. No profiráis reproches contra nadie, ni maldiciones o denuestos. Que vuestro continente sea placentero, pero impregnado de cierta gravedad cuando se trate de asuntos serios. No os burléis ni hagáis mofa de asuntos importantes, no lancéis chistes hirientes y, cuando digáis algo ingenioso, absteneos de celebrarlo primero. Asociaos con personas de valer si estimáis vuestra reputación, porque es preferible estar solo que encontrarse en mala compañía” George WASHINGTON.
9.08 pm
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De: Los días van y vienen. Lima. 2015.
Víctor Abraham les saluda.
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