Pero, es que cuesta ser comprometido

Yo comprendo la desazón de la gente, cuando me dicen yo no creo en eso, es lógico pensar así, cuando por años se ha creído en algo, para caer luego en la decepción, en el hecho de sentirse mal por no haber sido cubiertas sus expectativas. Ahora si a eso, le agregamos todas esas campañas mediocres de estupidización televisiva, de seudoprensa convenida, de baja calidad educativa, de esas que los gobiernos dan a su gente irresponsablemente,sumados a esas dobles morales de sus líderes, resulta aún más comprensivo entender, y por supuesto intentar ayudar.
Luego, la gente no cambia de la noche a la mañana. Todo es un proceso cíclico en el que el tiempo, es el mayor operante; empero sin embargo, a pesar de esto tenemos, los que comprendamos, que seguir en la brega, escribiendo e involucrándonos en los actos solidarios, ya lo otro viene por añadidura porque las personas que estamos en este mundo, de alguna u otra manera, ya estamos comprometidos, sino con las vidas ajenas, al menos con nuestra propia existencia, que al final, es por lo menos, el punto de inicio, ya lo otro, lo del servicio, viene luego, porque cuesta, así es, cuesta mucho ser un ciudadano comprometido.
Desde Lima, Ciudad Capital del Perú.
Víctor Abraham les saluda.
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