Ciudadanos de una generación

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No se trata de una crítica sin fundamento, tampoco de pensamientos ni sentimientos anárquicos destructivos volátiles. Se trata de unificación de conciencias a través de un solo sentimiento de identidad y de autoestima nacional colectiva, participativa y global en su acepción más abierta posible, muy al margen de si son – o no- compatibles, en dinero, en clases sociales, en nivel educativo, en estratos o puntos de residencia, no, en realidad eso no importa. Atrás quedan las especulaciones acerca de si el destino histórico admitirá hoy, a este coro de voces unísonas, y polifónicas, como compatibles, al margen de sus relaciones particulares e individuales para con la vida cívica de este país. ¿Quiénes somos para juzgar a estas voces? ¿Qué tan fuerte y tan hondo es eso que nos diferencia de ellas? Pienso que hay detalles más importantes que estas pequeñeces intrascendentes, como el compartir con ellas la misma condición, la misma dignidad, la misma necesidad descarnada de libertad y de pertenencia a una patria verdadera, el deseo de un mismo progreso, el social. Entendamos bien que no vivimos solos, somos parte de un sistema más amplio y complejo, somos instrumentos de obras más grandes. Convivimos con toda forma de vida, y es deber nuestro cuidar y proteger todo lo que pueda ser posible de ser cuidado y protegido.

Se trata de abrir horizontes dentro del intelecto, promover corrientes nuevas de opinión, acentuar más los procesos del compromiso ciudadano, fortalecer el pensamiento divergente, acentuar el cuestionamiento y encaminar los derroteros por esa ruta del futuro llamada ética. Hoy en día, podríamos atrevernos a aducir que un joven que cuestiona, que pregunta, que investiga, que promueve valores y cultura, ya no vale ni por uno ni por dos; un joven que cuestiona duramente su propio statu quo tiene el valor de una nación. La historia nos ha demostrado que un pueblo educado y libertario es temido por su clase dirigente, cual eterna facilitadora del oprobio siempre ha optado por generar y esparcir elementos de pasividad, abandono, conformismo, resignación, miedo; sino veamos, fiel reflejo de estos, la clase política y los medios de comunicación que han hecho estos últimos años de todo, menos educar la conciencia ciudadana.

Generación desconocida, es un espacio creado para proponer alternativas ciudadanas de cambio social a partir de la investigación, para impulsar la libre opinión para todos y promover el cuestionamiento. Este espacio de opinión y de investigación nace ante un vacío y amodorramiento de la prensa nacional que se ha generalizado. Un abandono y orfandad moral que pensamos es necesario analizar y cuestionar para luego proponer alternativas ciudadanas de desarrollo sostenibles en el tiempo. Una nueva generación, tal vez desconocida por ahora, sin embargo atenta a los procesos que reclaman su presencia, consciente de que actos solidarios y compromisos cumplidos trascienden al tiempo. Esta plataforma lejos de representar a un grupo de intelectuales, intenta y aspira dibujar los ideales generacionales de un movimiento vivo que busca la renovación, y a cuya preocupación principal, construir junto con la gente, no puede sino quedar representada en el deseo de nueva identidad basada en una educación más justa y libertaria, en una fe más creíble que la que hemos visto hasta hoy, una fe con sinónimo de esperanza que terminará, estamos seguros, consolidándose con el transcurrir del tiempo.

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Por eso, esta llamada Generación desconocida, no puede caer en el hoyo del principio individualista, sino que está pensada en levantarse sobre la planicie colectiva universal amplia, total a cuyo eco unísono traerá paz, equilibrio y estabilidad, si bien no para siempre porque el mal y la tiranía son inacabables, al menos para establecerlos por un tiempo prolongadamente prudente. Nuestros hijos y los hijos de estos van a vivir sobre lo que hoy construyamos. Así se levantaron las grandes potencias: sobre sus anteriores generaciones. En un mundo globalizador, mercantilista y superficial que crea más disolución entre sus miembros orgánicos, separando a sus “hijos” que no son más que ya estamentos separados, se erigen cenáculos de todo índole que critican, que disgustan, que tratan de hacer exégesis en el vacío, pero en cuanto se les pide colectividad caen en individualismos y egoísmos.

Generación desconocida no puede ser un grupo artístico cerrado ni mucho menos un círculo literario cerrado de gabinete, sino que debe ser una construcción mayor, ampliamente mayor, que sume, no que reste; que multiplique, no que divida. Una plataforma amplia que recoja todos los sentires, sin importar credo, ideas o edad, porque hay una verdad, nos guste o no, que al interior de las escuelas hay generaciones nuevas, las hay, las he visto, y es nuestro deber descubrirlas y darles su verdadero valor.

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Esta alternativa aspira hoy a propiciar cambios de fondo en las estructuras sociales de este país, y sabe que para lograr esto va a ser necesaria la participación social, para lo cual desde ya considera que la amistad, la confianza y el respeto entre los ciudadanos es muy importante. Por otro lado, tenemos claro que la coincidencia de ideas, la seguridad en lo que se cree o se hace, el perfil de consecuencia, la pluralidad, la autonomía y la autogestión ayudan mucho y son, por ende, hoy más que nunca, la columna vertebral de nuestro trabajo. ¿Nuestra misión?, despertar la conciencia objetiva de cada persona con el fin de obtener un panorama claro de nuestro país, dejando de lado nuestras diferencias personales en beneficio de la búsqueda del hombre más humano y verdadero es nuestra misión. ¿Nuestro compromiso?, el futuro de las próximas generaciones de este país.

Finalmente, solo queda por definir que una obra realmente humana es intemporal, no sirve a una clase ni a su tiempo; sino, al infinito, a la trascendencia que viene una vez apagado el soplo de vida. Una obra realmente humana con exactitud sirve a un paradigma, a un ideal que si bien nunca llega a ser vista por sus visionarios, habrá de contribuir día a día a crearlo en lo más sensible y a acercarlo en lo posible dependiendo del contexto histórico en sí. Porque aspiramos también a un humanismo real, no de cliché nominativo, sino de libertad, de existencia efectiva.

Generación desconocida. Perú. N.o 1. 17 de diciembre del 2016

Víctor Abraham


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