Un censo 2017 para reflexionar

Foto: INEI
Lo que ha sucedido hoy con el censo nacional en este país, al margen de las críticas previas a su aplicación, con todo derecho y justificación venidas de un grueso sector de la población, respecto a ciertas formulaciones de preguntas ambiguas e intenciones, nada esclarecidas, como la estupidez de poner en tela de juicio la autoestima del peruano, a partir de su identidad natural, y el hecho de que se le impida a la gente el libre tránsito. Salvo esto, resulta meritorio y aplaudible que muchos ciudadanos se hayan puesto, como decimos acá "la camiseta", para apoyar los empadronamientos. Por otro lado, es una pena que no se haya llegado al 100% de la población objetiva, tal vez, faltó, tiempo, dado la participación de personas mayores de 12 años, tal vez, más voluntarismo, en fin. Detalles que ojalá se tengan en cuenta para la próxima vez. Por lo demás es bueno, que eventos como estos sirvan para demostrar mayor solidaridad y participación ciudadana: tolerancia, respeto entre empadronados y empadronadores.

LO MALO

Foto: Internet

Hay dos cosas que sí han ensombrecido la jornada de hoy, primero, esa pregunta 25, para nada sensata, de la Sección V, respecto a la autoidentificación étnica:
“Por sus costumbres y sus antepasados, ¿usted se siente o considera: Quechua?/Aimara?/Nativo o indígena de la amazonía?/Perteneciente o parte de otro pueblo indígena u originario?/Negro, moreno, zambo, mulato /pueblo afroperuano o afrodescendiente?/Blanco?/Mestizo?/Otro?”, 

como si el peruano DESCONOCIERA su identidad étnica, cultural, antropológica, o simplemente histórica. La sabe. Mucho se ha especulado sobre esta interrogante. Incluso llegándose a poner en tela de juicio la autoestima e identidad del peruano, la diferenciación entre peruanos con iguales derechos, y peor aún, la posible violación del derecho a la consulta previa de los pueblos indígenas del país. Hecho, totalmente repudiable. Así resulta indignante que no haya habido claridad para explicar esta y otras interrogantes a la población con propiedad, criterio y objetividad por parte de los organismos tutelares del Gobierno del Sr. Kuczynski Godard, ni organismos como el INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática), quien solo emitió a través de un comunicado lo siguiente, 

"esta pregunta no tiene que ver con razas y su objetivo es “visualizar y conocer mejor la realidad cultural de nuestro país”.

(sigo pensando con poca o nula objetividad: más abundantes, las interpretaciones), o el mismísimo Ministerio de Cultura, que lejos de pronunciarse, prefirió el silencio. algo indignante porque se supone que su trabajo consiste en salvaguardar, una vez más cito, los derechos de los pueblos indígenas. Pero, NADA. 

POR OTRO LADO, una arbitrariedad completa que a la gente se le impida el libre tránsito, como si se tratase de un Estado de Emergencia o de Sitio. No creo que haya bases legales que sustenten esto. Las personas no pueden ser recluidas en sus casas. Esto me hace recordar cuando este Gobierno hace dos meses decidió cerrar dos de las Plazas Públicas de Lima, LA PLAZA SAN MARTÍN, por la mañana, y por la noche, LA PLAZA BOLOGNESI. Algo nada entendible para el trabajo que viene haciendo un alicaído Ministerio del Interior.

LO MEDITABLE

Como refería, resulta loable el compromiso de los miles de jóvenes y ciudadanos con el desarrollo del censo, y en muchos casos, la respuesta también de la población, salvo el caso que denunció una mujer de haber sido víctima de violación sexual en el distrito de Villa El Salvador, en Lima. Hecho totalmente execrable.

En punto aparte, volviendo a la reflexión general, pienso que el hecho de colaboración es importante para un país como el Perú que requiere sumar, en vez de restar, sin descuidar por supuesto el lado del cuestionamiento objetivo que siempre debe ser inmanente al individuo. Ya que, trabajamos sobre lo hay en el presente, sobre lo que se tiene en el plano real y concreto, y lo concreto es lo que tenemos ahora: gobiernos abusivos, insensibles y serviles al Poder, puestos por la propia gente, por lo que no resulta nada extraño que estos mismos sigan abusando, que manden al tacho lo reclamos de sus mismos electores, en fin. 

En un escenario palpable como este, las divisiones partidarias están demás, así como los rencores ideológicos, los egocentrismos y ambiciones de poder, de sobresalir, tampoco sirven; sirven más, la comunión, la comunicación, el diálogo alturado, el trabajo en equipo, participativo y solidario, el colaborar con el otro, con el amigo, con el compañero de trabajo, con el vecino. Ya lo otro, el problema de ineptitud, de estupidez, de idiotez, o como quiera alguien llamar a los males sociales, políticos, culturales o dirigenciales, todo eso es generacional, Si queremos cambios reales debemos trabajar para el futuro, proyectarnos, aprender de nuestros errores, prepararnos, estudiar más, el presente ya está hecho. El trabajo está en rescatar las cosas loables existentes, y es loable acá, todo intento de colaboración y apoyo de la gente para responder con propiedad, con modestia y moderación. se trata de no ser tara de otro, sino de coadyuvar a la concreción de la labor. Valoro, por ejemplo, a esos miles de peruanos que hoy han estado censando, colaborando con el país, sumando. 

Así, yo no me quedo contemplando la cáscara, me preocupa el contenido, es cierto, pero en sobremanera me seduce y apasiona con vehemente esperanza pensar más en las próximas generaciones de este país, en el futuro. Aquí, en el Perú, está todo para hacerse de nuevo, en medio siglo no hemos avanzado mucho que digamos, salvo la tecnología y el éxito de las redes comunicativas, pero aún seguimos lejos de desarrollar pensamiento propio, consciencia colectiva, libertad, espíritu de lucha y dignidad. Mi preocupación está en el futuro. Como referí líneas arriba, lo que tenemos hoy es lo que hay, nos guste o no, por eso, el trabajo debe implicar una mayor consciencia sobre la base de una sociedad mejor educada, preparada y sobre todo provista de ética. Por otro lado, de cara al presente, resulta cierto estas sentencias que nos enseñan en la escuela, no se le puede pedir peras al olmo, o nadie da lo que no tiene, y esto es lo que pasa con los políticos de hoy, muy por el contrario, los maestros, que sí tienen mucho para dar. Entiendo que el trabajo sea duro, arduo, pero es necesario seguir.

Yo apoyo el censo nacional, al margen de todo, a pesar de las inconsistencias de elaboración de preguntas en las cartillas censales. Valoro a esos miles de ciudadanos que han colaborado, en su papel como empadronadores y como empadronados. Porque eso es lo rescatable acá, la participación de la gente, la respuesta de la ciudadanía, ya lo otro, es materia de análisis, arriba descrito, y espero sinceramente, se cumpla lo que ha prometido el INEI, terminar de censar esta semana a quienes falten, y por supuesto, que los resultados que arrojen las estadísticas, sean lo más real posible.

Foto: Exitosa

Lima, Perú 
Víctor Abraham

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