Necesidad de una acción conjunta en defensa del agua
El último viernes 22 estuve en el local de FEDIPA, por
motivo de una Cumbre del Agua, en ocasión de celebrar el Día Mundial del Agua, el
mismo que había reunido entre sus asistentes a muchas Organizaciones Sociales y
Colectivos de Lima y Callao, Sindicatos,
Coordinadoras, Comunidades Urbanas Autogestionarias, Asociaciones, Frentes,
entre otros.
Dentro de los puntos en agenda trabajados, y expuestos, se
desarrollaron entre otros, con algunas acotaciones necesarias para ampliar la
información:
1. El hecho de que hace más de treinta años, cada Gobierno que
ha ingresado a la administración del país, siempre ha intentado mercantilizar el
agua, privatizándola, o en todo caso, concesionándola mediante Asociaciones Público
Privadas.
2. Por lo visto, en la práctica real, todas las
privatizaciones que se han dado a lo largo del país, en el campo que se
mencione, no han acarreado sino rotundos fracasos, convirtiéndose más bien en fuentes
de corrupción, coimas, lobbies, para
empresarios, autoridades y altos funcionarios, pero, paradójicamente, sin beneficio
alguno para los peruanos de este país.
3. Una preocupación, respecto al Decreto Supremo 018-2018,
que según lo confirma, el informativo Tiempo 26 (1), “se estaría convocando a
nuevas empresas privadas prestadores de servicios de agua potable, de capitales
extranjeros, para que estas firmas postulen y así, si el Gobierno les da la luz
verde, se hagan responsable del líquido elemento. En otras palabras, el agua
potable (…) en manos de empresarios usureros”.
Esto último me recordar la publicación del diario Gestión (2), que ya en diciembre del año pasado, advertía un cierto interés del Gobierno del señor Vizcarra, en permitir el ingreso de operadores privados en la gestión de las EPS Entidades Prestadoras de Servicios de Saneamiento del Perú (EPS), las mismas que se mostraban en contra de esta medida, al considerarla propuesta tentativa para la apertura de la privatización de las empresas de saneamiento.
4. Existe, con cierta preocupación en los ciudadanos, un
proceso vivo y palpante de contaminación y depredación de las reservas
acuíferas y fuentes de agua, por parte de empresas transnacionales extractivas
como petroleras, madereras, y mineras, entre otras, cuyos residuos
industriales, y especialmente relaves mineros, siguen desperdigándose, caso
TAMBORAQUE, por citar un ejemplo, que dicho sea de paso es ya una amenaza
latente de contaminación para la cuenca del río Rímac.
Recordemos, que, según Andina (3), en Septiembre del año pasado, el Tercer Juzgado Constitucional Transitorio de Lima dispuso la paralización del retiro de 145,000 metros cúbicos de relaves mineros ubicados al pie de la ladera del cerro Tamboraque, en la provincia de Huarochirí, favoreciendo así a la empresa minera Great Panther Coricancha S.A, responsable de este relave. (Un acto totalmente deplorable que deja al descubierto los intereses creados de quienes administran la justicia en este país).
5. La falta de voluntad política de las altas autoridades
para hacer realidad, por fin, una cobertura digna de servicio de agua y desagüe,
para las millones de familias que, carentes de este recurso hídrico, siempre
están en el olvido.
Aquí se requiere dotar de agua purificada al 100% de hogares de más de 100 mil centros poblados en el campo y en asentamientos humanos con el uso adecuado de tecnologías.
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Foto: Red |
6. La necesidad de tomar una acción conjunta como ciudadanos
peruanos para exigir la protección, conservación y restauración, de cuencas,
ecosistemas, bosques, manantiales, entre otros, con mayores mecanismos de
fiscalización y vigilancia social en el gasto público relacionado a
inversiones, contratos, consultorías, presupuestos. Del mismo modo, demandar el
fortalecimiento de las Entidades Prestadoras de Servicios de Saneamiento del
Perú (EPS), dotándola de recursos reales, así como: la eliminación de
la tercerización (4) que desnaturaliza y precariza el trabajo, la tecnificación
del riego, la retención del agua que hagan posible el control de cauces desde
las nacientes para evitar huaycos e inundaciones posteriores, lo que a final de
cuentas se puede entender como un impulso estratégico en la gestión del agua.
Respecto a la tercerización, o encargo de una actividad a un tercero que sepa hacerla mejor que “yo”, ya en el 2018, en Perú, se presumía un crecimiento cercano al 7%, proyectándose a un 30%, según cifras proporcionadas por Gestión. Así, dicha actividad desde ya facturaba US$ 650 millones, siendo el 50% proveniente de la minería, y el 30% de la pesca, retail y telecomunicaciones, dejando a este país como uno de los que más tercerizan en Sudamérica, luego de Brasil, Colombia y Argentina. Por otro lado, la tercerización impacta en la estabilidad del empleo, así como en los derechos sindicales o en las remuneraciones, ya que proporciona mano de obra para trabajos específicos por un determinado tiempo.
Lima, 23 de
marzo del 2019
Vìctor Abraham
Vìctor Abraham
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