Sobre los usos del Poder en la información
Cuando concebimos la idea de Generación Desconocida*, como
herramienta conceptual de información nos propusimos impulsar un arduo trabajo
de consciencia ciudadana y promoción de nuevos líderes de opinión, diferentes a
los clásicos y tradicionales que ya conocíamos por nuestras televisoras,
señales de radio, o páginas editoriales, y que por cierto, sabíamos: eran fabricados
por medios de comunicación masiva, nada real con las intenciones y
posibilidades del ciudadano de a pie; medios, cimentados en inmensos y
exorbitantes capitales privados, con intereses, obviamente, también
particulares y privados, o en todo caso, alimentados por sendas y turbias
dádivas del Estado, en contubernio con los Gobiernos de turno, que en actitudes
nada transparentes y éticas han sorteado, con total irresponsabilidad, los
destinos culturales y educativos del país. Para muestra de lo que se escribe
acá, observemos las grandes bolsas de millonarios capitales amasados por
América Televisión, el grupo ATV, Latina, El grupo El Comercio, el Grupo RPP, entre
otros, obtenidos de esos ingresos ya detallados, quienes adicionalmente, so
pretexto de la diversión han terminado por cercenar los valores morales de la
población al entregarle productos televisivos de pobre contenido: programas altamente
sexistas, realitys con altos índices de falta de pudor en horarios que se
supone están considerados, “de protección al menor”, farándulas racistas,
huecas, alienadas, cuyo mensaje siempre es el mismo, el consumo, la
banalización, la mofa al carácter noble, por otro lado, pretexto de
información, se ha terminado por entregar al ciudadano, programas periodísticos
con alto contenido de manipulación de consciencias (escribo esto, y pienso en
las canalladas de Canal N, o el Grupo RPP, siendo complacientes a gritos con el
acto de intervencionismo a Venezuela por parte de Trump y aliados, so pretexto
de decirle a la gente, queremos democracia).
Por otro lado, se me viene a la mente ahora, por ejemplo,
los altos contenidos de información policial, que exhiben día a día, almuerzo
tras almuerzo, los canales de noticias de América Televisión, que no hacen más
que atomizar a la ciudadanía en un caos de desconfianza, individualismo e
inestabilidad, en vez de exigir a las autoridades competentes, hasta el
hartazgo, propuestas concretas de una lucha frontal respecto a los
agravamientos de la criminalidad y la delincuencia. Otro ejemplo, claro y
burdo, las horas y horas perdidas en dar vitrina a sectores y personajes
políticos, totalmente endosados a la corrupción del caso ODEBRETCH, políticos
que han diezmado las esperanzas de sus propios correligionarios, y que, oh,
paradójicamente, siguen siendo “limpiados” por largas entrevistas, extensas
páginas editoriales, en fin.
Así, vemos que el control voluntario del pensamiento, por miedo
al Poder, se establece desde las páginas de un diario, desde las pantallas de
una televisora, desde la señal de frecuencia de una radio, que en su intento de
contención, anulan la participación real de la gente, invisibilizan los pedidos y demandas reales de esta,
esconden las luchas reales que se tejen desde las movilizaciones en la calle,
ya que solo muestran las manipuladas por los operadores políticos u ONGs,
porque es fácil sacar a la gente a la calle a luchar por un sentido, o por un
favor de apoyo al Gobierno, siempre so pretexto de esa tan manoseada defensa de
la democracia y la gobernabilidad. Escribo esto, y pienso en la gran
parafernalia satirizada distópicamente por Orwell en 1984, quien desde ya hacía medio siglo nos advertía de la presencia
de un Gran Hermano, hoy encarnado en los distintos Grupos de Poder que
direccionan todo.
Este contexto real, concreto y degenerativo, es el panorama
en el que nada, flota y se hunde la credibilidad de la prensa oficial y
nacional, día a día, la misma que oficiando de cómplice, muchas veces, ha sido,
consciente o inconscientemente, agente principal de la criminalización del
pensamiento y sentido común de la población; en otros casos, coadyuvando a la
sistematización, y concreción, de orquestadas cortinas de humo desde sus
plataformas informativas, so pretexto, en muchos de esa frase, “en aras de la gobernabilidad y la
democracia”.
En este contexto degenerativo moral en el que últimamente se
encuentran sumidas nuestras ciudadanías, resulta estoico y ejemplar mantener un
sentido de coherencia y, más de resistencia en grupos, asociaciones o
comunidades. Es como si nos adentráramos a la construcción de un mundo
distópico donde los malos siempre ganan y los sublevados siempre son absorbidos
por el gran Sistema. Mundos distópicos donde triunfa el error y la mediocridad
sobre la buena fe y la valentía, porque, sencillamente, el Poder está del lado equivocado
de la balanza. Leyes de embudo y financiamientos sórdidos que atomizan las
esperanzas de revoluciones culturales o educativas, esperanzas de libertad, al
fin y al cabo.
Una espera que desespera.
“La audacia
irreflexiva fue considerada valeroso sacrificio; la precaución prudente se
convirtió en una cobardía disimulada. El sentido común no era más que un
pretexto para la molicie, y la gran inteligencia era solo inercia reprobable”, dejaba en claro, Milosz Czeslaw, el Premio
Nobel de Literatura 1980, en El poder cambia de manos(1953), para referirse a la vida dramática
de la Varsovia de la ocupación durante el periodo de entreguerras en Europa.
Escribo esto, y pienso, ¿no serán estos, los que vivimos, tiempos similares, a
los descritos por el autor polaco? ¿no atravesaremos, hoy, por este ingente
flagelo de la modorra, la inercia y la acomodación sistemática con el Poder y
el servilismo?, en fin. La respuesta solo cabe en la consciencia de cada
individuo, de cada ciudadano, de cada persona. De allí que sean necesarias, y
bienvenidas, siempre, todas aquellas propuestas que nos lleven, de manera
conjunta y alternativa, a impulsar idearios comunes, deseos de ser firmes y claros,
coherentes, respecto a nuestros compromisos y acciones, frente a aquellos males
endémicos, que promueve el Poder, desde
sus cómodas arcas financieras, y relaciones socioeconómicas, cuyas intenciones,
nunca descansan, siempre están latentes, como son, el adormecimiento y embrutecimiento
y la manipulación.
Víctor Abraham
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* Para mayor referencia de Generación Desconocida ver: https://www.facebook.com/ciudadania.generacion
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