#GDProyectoDePais| Una vacancia que procede

Escribe Víctor Abraham

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Si queremos un país decente tenemos que ir por él. La vacancia por incapacidad moral a estas alturas es innegable. Este país necesita una transformación sobre la base del ejemplo, y no puede ser ejemplo quien no asume su delito, equivocación o culpa. El Art. 113 de la Constitución lo establece. No podemos ser ciegos ni actuar de manera cándida e ingenua pretendiendo tapar lo obvio, so pretexto de una crisis sanitaria, que a estas alturas es más una crisis económica y moral porque todo es robo, saqueo, viveza y pobreza. Señores del Congreso, es su deber dar el siguiente paso. El Sr. Vizcarra debe renunciar, caso contrario, son ustedes quiénes deben proceder de acuerdo a la Constitución. Los peruanos merecemos más, no mentiras: sino atención y defensa de nuestros derechos que hoy se encuentran secuestrados bajo el miedo que promueven los medios de comunicación y las fuerzas represivas de la policía, los serenazgos y las fuerzas armadas, haciendo presuponer que bajo este contexto defienden intereses distintos a la nación.

Sobre las mentiras de la democracia del poder

Una democracia a la que hay que proteger ha dejado de ser una democracia, escribía la austriaca y Nobel de Literatura 2004, Elfriede Jelinek. El debate ahora ya no solo toca un fondo político, sino moral y ético. Se trata de saber quién miente y quién dice la verdad, quién sostiene las mentiras del señor presidente y quién intenta dilucidar sobre la realidad de este hecho y elevar sus apreciaciones más allá del apasionamiento momentáneo. Se discute si se debería, en favor de esa mal llamada democracia y las instituciones que lo secundan, mantener a un mandatario corrupto y desleal porque ya falta poco tiempo para que termine su periodo, 28 de julio de 2021. La izquierda política otra vez se pone del lado equivocado de la historia. Se abre nuevamente la gran brecha que separa a los peruanos, por un lado, a los patriotas que buscan liberarse de toda esta infamia y, por otro, a los que siguen el juego del conformismo y la resignación.

Un gobierno que bordea cada día el rango de un totalitarismo asolapado por los medios de comunicación pagados no puede ser sujeto de nuestra vacilación. Medios informativos como RPP, El Comercio, La República, solo por citar a algunos se confabulan para esta orquesta. Estos, bajo la voz de sus operadores políticos, dicen que una vacancia afectaría al país y generaría un daño irreparable a los peruanos, sin embargo olvidan que en promedio, producto de una política poco seria y de atención transparente a la luz de esta pandemia, 7 millones perdieron su trabajo, mientras negocios que por años se sostuvieron a pesar de los abusos de los bancos y la SUNAT perdieron sus capitales, desaparecieron; esto, mientras las grandes empresas y astutos monopolios recibían salvavidas del gobierno. En una guerra, como se vino repitiendo con insistencia que era la forma en que nos encontrábamos, la gente no se hace millonaria, salvo por el robo y la indecencia. Muchos ambulantes han sido golpeados y perseguidos, con mercaderías secuestradas: la población tuvo que verse refugiada en ollas comunes para sobrevivir, mientras se sobrevaloraban las compras del Estado en nombre de la pandemia.  70 mil muertos y hasta más es el saldo obtenido hasta hoy, producto de una inconsciente estrategia de salud pública donde primó más la viveza que el sentido humanitario y la vida.

Se olvidan estos operadores, quienes hoy intentan movilizar al país en favor de un presidente corrupto valiéndose para ello de una manipulación de consciencias y distorsión de la verdad, que fue esta gestión la encargada de dar a los bancos en promedio 60 000 millones de soles. Además promovió la suspensión perfecta dejando a mucha gente en el incierto absoluto. Se hizo uso de los bonos soberanos con grandes perjuicios económicos para el país generando una deuda sin precedente con el FMI, 11000 millones de dólares, cuyos compromisos de pago tendrán que subsanar no solo esta generación sino hasta la tercera generación de peruanos en el futuro. Se ha hipotecado al país. Se olvidan del trinomio gobierno permisivo, clínicas inhumanas y farmacias rapaces operativas en plena emergencia sanitaria. Se olvidan de esto, de las muertes que deja este gobierno producto de su propia indiferencia, luego de haberse despilfarrado el dinero en unos juegos panamericanos que solo demostraron superficialidad y falsedad de un país que se desvanecía por dentro. Se construyeron elefantes blancos, torres deportivas en Villa El Salvador, mientras no se atendía los servicios hospitalarios. Inclusive caen en el silencio respecto a la transferencia reciente del Sr. Vizcarra en favor del Ministerio del Interior, más de 80 millones. Hecho que genera un intento desesperado por tener el apoyo de las fuerzas armadas en momentos como estos, como lo confirma el portal Utero.pe.


La hora de la definición

Se debe elegir entre apoyar a un congreso que fue elegido por el pueblo o apoyar a un presidente usurpador que nadie eligió. Los operados políticos dicen combatir a mafias enquistadas en un Congreso de la República, sin embargo olvidan que este fue elegido por la misma ciudadanía, producto de un golpe de Estado  que muy poca gente o nadie denunció y que el mismo señor Vizcarra alentó. Nadie puede negar que a estas alturas todas las instituciones públicas carecen de idoneidad moral, ya que esto es reflejo de una sociedad descompuesta también moralmente, producto de un abandono sistemático del mismo sistema educativo nacional que por años tuvo que convivir con el olvido de un currículo coherente a la realidad y la persecución de maestros. La corrupción no solo se generalizó, sino se institucionalizó y se democratizó y son hoy estos vicios y a la vez herencias, marcas inherentes en quienes manejan el poder. Son estos mismos operadores, quienes a través de sus cámaras de televisión, señales de radio y papel impreso han puesto de rodillas a la sociedad con sus mentiras y sus manipulaciones.

Ni los políticos ni los tecnócratas deberían inspirar piedad alguna. Ellos, no están comprometidos con los peruanos ni les interesa el desarrollo del país. La política ha destruido la esperanza y corroído la justicia. Ha hecho gris y seguirá haciendo gris la vida de los peruanos, sino se activa a tiempo la capacidad para pensar de manera libre y consciente, y no pagada. Urge hoy, trabajar en favor de una consciencia política de país, educar políticamente a los ciudadanos, porque es evidente que mucha gente aplaude a sus verdugos y captores, a quienes esquivan la ley y son corruptos a cambio de promesas de un incierto y distorsionado futuro. Esto que se escribe acá nos lleva a concluir en lo impresionante que resulta ver cómo se despliega un inmenso aparato político y civil de manera desesperada para sostener, como diría Darío Fo, el Premio Nobel de Literatura 1997, una estatua que está en un gran salón a punto de caerse; es increíble ver cómo muchos intentan sostenerla y apuntalarla para que no se caiga y se quiebre porque de ello dependen intereses creados que solo favorecen a quiénes nos arrancan la vida. 

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