Quien diría...

Nos gastamos más de la mitad de la vida buscando a alguien que se parezca tanto a nosotros para que nos lo llevamos a la casa y podamos emprender una especie de aventura sentimental, pero siempre decimos, “tiene que ser igual a mí”, como si nosotros fuésemos la gran cosa, de repente, de repente a uno le pasa que después de un rato de tratar de conseguir a una gente así, uno descubre que después del tiempo ella sale del cuarto saca la cabeza y dice, “noche”, y uno le contesta, “ día”, porque sí nada más, uno dice, “blanco”, ella dice, “negro”, a uno le gusta el fútbol a ella le gusta el béisbol; entonces uno comienza a cometer errores uno trata de de largarse del lugar, voltea a ver,  y se supone que tendría que estar, pero se largó antes que nosotros. Uno va y busca por la vida un nuevo camino, entonces uno se busca una mujer que se parezca mucho a nosotros, una que le guste el futbol también, y se consigue a una chica que le gusta el fútbol y ella se consigue a un tipo que le guste el béisbol y cada uno emprende su nuevo camino. A mí me pasó y era impresionante cuando empecé a salir con esta chica porque yo decía, “hoy tengo ganas, no sé como de ir al cine”, y ella me decía, “es justo lo que estaba pensando, yo también quiero ir al cine”; íbamos a un bar, yo pedí un trago pedía, “a mi me dan un tequila, por favor”, y ella decía, “yo también quiero un tequila, me encanta el tequila”;  entonces se convierte todo y se convirtió todo en algo tan maravilloso y tan organizado y tan perfecto que me bastaron catorce días para aburrirme totalmente de aquella mujer, mientras por el otro lado, la que se fue con el beisbolista estaba padeciendo la misma historia, sólo que ella aguantó un poquito más que yo,  aguanto quince días. Al día número dieciséis nos hablamos por teléfono, nos citamos en un café, charlamos por un rato, y llegamos a la maravillosa conclusión que para ser amigos es importantísimo ser bastante parecidos y afines;  pero para ser amantes y amarse,  no hay nada mejor en el mundo que ser distintos por eso escribí esta canción…(*)




(*) Palabras de Ricardo Arjona en alusión a la canción: Quién diría.

Desde Lima, Ciudad Capital del Perú.
Víctor Abraham les saluda.

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